viernes, 3 de mayo de 2013

LAS MADRES Y SUS SUPERPODERES


Ahora que la mayoría de mis amigas se han estrenado en el papel de madres, me sorprenden ciertos gestos o actitudes que antes de la crianza jamás hubiese sospechado que podrían emerger. Incluso la más insensata, la más punki o la que nunca se acostaba antes de que saliese el sol ha dejado atrás su antigua vida y se han transformado en perfectas progenitoras que saben manejar a sus retoños como si siempre hubiesen ejercido como tales. Quizá sea eso la maternidad, saber qué hacer en cada momento para que los hijos sean felices. De la misma forma en que a Peter Parker, la picadura de una araña radioactiva le convierte en Spiderman, las mujeres, en el momento que asoma su cabeza el bebé, adquieren un tipo de superpoderes inherentes a la maternidad que las hacen más poderosas que cualquier superhéroe de Marvel.

Porque las madres tienen un conocimiento extraordinario y por eso cocinan el mejor arroz del mundo y emplean una técnica secreta a la hora de hacer la cama. Están dotadas de una fuerza sobrenatural con la que soportar largas noches de insomnio ante el llanto de su criatura o cuando se hacen las seis de la mañana y los hijos no han regresado al nido.  Son adivinas, porque saben si has tenido un mal día con solo escuchar tu voz a través del teléfono. Ejercitan el don de la invisibilidad cuando sospechan que no queremos que nos atosiguen. En ocasiones rozan la santidad empleando la paciencia de Job. Sacan sus garras cuando hay que defender a la prole y hasta han desarrollado el poder de la adherencia al frotarnos la cara con su saliva para limpiarnos la mancha de chocolate. Este domingo, una gran superficie celebra su día. En lugar de regalarle otra colonia, mejor dele un abrazo sobrehumano y dígale al oído lo extraordinaria que es.   



Publciado en Las Provincias el 3/5/2013

No hay comentarios:

Publicar un comentario